La depresión en los adolescentes puede ser el resultado de diversos factores que afectan su desarrollo emocional y social. Entre los más comunes se encuentran los problemas familiares, como la falta de afecto, la ausencia de figuras paternas o los conflictos constantes en el hogar. También influye la presión académica o social, que genera ansiedad al intentar cumplir expectativas o buscar aceptación. El bullying, tanto en entornos escolares como virtuales, daña gravemente la autoestima, al igual que el consumo de sustancias como drogas o alcohol, que muchas veces se utilizan como escape emocional. Además, la falta de propósito, una baja autoestima y la confusión sobre su identidad pueden hacer que los adolescentes se sientan perdidos y sin valor, profundizando su estado depresivo. Estos factores, si no se abordan a tiempo, pueden desencadenar consecuencias graves en su bienestar integral.